martes, 2 de octubre de 2012

cuento propio


Jilguero

Se despertó de un sobresalto; el mareo se había tornado insoportable. En su ventana, a la noche que conocía se le sumo un diluvio. Desempaño el vidrio con la manga y aunque con mucho esfuerzo logro enfocar la vista, no pudo reconocer donde se encontraba. Con dificultad se levanto y se sostuvo, para no provocar una caída inminente, de la manija de su asiento.
Solo quedaban tres pasajeros en su vagón; sosteniéndose de los infinitos lugares se dirigió a uno de ellos. Una enorme silueta marrón que recién acababa de envolver su enorme paraguas.
            -Di… disculpe señor.- El tartamudeo le resultaba inevitable.-¿A qué estación nos dirigimos?-
            El hombre giro en calma. Su rostro cadavérico empapado y su mirada gris  le resultaban indudablemente familiares. Con sequedad el hombre respondió: 
            -Acabamos de pasar Villa España y nos dirigimos a Plátanos.
            Sintió un vértigo inminente, como si de pronto el suelo se abriese y quedara sumergido en la continuidad de los rieles. Se caía, realmente se caía, el hombre lo sostuvo por los hombros mientras con euforia producía gritos sordos que sus mudos oídos no lograban interpretar.
 Tan pronto como el tren se detuvo se recompuso. Quitó los brazos marrones que le impedían el paso y corriendo, o quizás arrastrándose, se arrojo de la plataforma para caer  con sequedad en el suelo de la estación. Desde allí vio como los vagones desaparecían en infinitas cortinas transparentes.
La soledad de la estación era abrumadora. Se reincorporo y corrió desesperado buscando un espacio firme donde el diluvio no existiese; eran trayectos largos, infinitos, que terminaban en caídas, en costosas recuperaciones y en nuevas caídas cada vez mas profundas. Intentando sostenerse del cartel de la estación, el mareo finalmente lo tumbó y cayó con dureza en el suelo. Se encontraba con barro hasta en lo más profundo de su boca y reconoció que nunca se levantaría.
Si no puedes con él, únetele. Intento disfrutar la lluvia; abrió su boca y a medida que se llenaba hacía pequeñas gárgaras de barro que al expulsarlas en forma de lluvia reflejaban su infancia. Recordó a su nonno leyendo “La Gazzetta dello sport” en el umbral de su casa en la costa, y a su nonna cocinando pastas y su “Jesu’ Cristo mio…” cuando el y sus primos intentaban, con pequeños trocitos de pan, robar un poco de tuco.
Jesu’ Cristo mio… que distinto se había vuelto todo, la piedra se había gastado y afilado. ¿Cuántas veces había prometido dejar de hacerlo? Recordó lagrimas de su madre y silencios de su padre, ojos perdidos y oídos sordos, pero esta vez había superado cualquier otra. Esta vez pelear contra la lluvia no tenía sentido. Cerró los ojos, solo quería sumergirse en sus sabanas y escuchar la melodía del jilguero que se parecía tanto a una voz.
La voz se creaba a si misma, se acercaba y se volvía insoportable y cuanto más cerca más insoportable  Abrió sus ojos, tenía enfrente el teléfono de la oficina sonando. Lo atendió por inercia y mientras se quitaba la saliva de sus pómulos, decidió que esta noche iría directo a su hogar. 

lunes, 1 de octubre de 2012

Ensayo "El extraño caso de Dr.Jakyll y Mr.Hyde" y "Mary Reilly"

Ensayo comparativo entre: El extraño caso de Dr.Jakyll y Mr.Hyde y Mary Reilly



 Tanto el texto de R.L. Stevenson, El extraño caso de Dr.Jakyll y Mr.Hydecomo el filme de Stephen FreasMary Reillymuestra tanto conicidencias, al tratarse de la misma historia; como diferencias, debido a los distintos puntos de vista sobre los personajes. Coinciden ciertas descripciones sobre los personajes, como la nobleza de Jakyll y la tenebrosidad  de Hyde aunque estas comienzan a diferir con la distinta profundidad que van teniendo los diferentes puntos de vista a lo largo de la historia.
     Cuando en el texto Utterson describre a Jekyll (de quien es abogado y buen amigo), lo muestra como un ser noble, quien todos sus allegados tratan con respeto y quien ejerce su profesión como medico con suma profesionalidad. En el caso de Mary Reilly, la situación es bastante similar, lo ve a Jakyll, aunque se trate de su patrón, como una persona sumamente generosa con gestos fraternales hacia ella, aunque mientras se desarrolla la historia, tanto Mary como Utterson ven en Jakyll un halo de misterio e indicios de ocultamiento.
     En el caso de Hyde las miradas dejan de ser tan coincidentes. En el texto quien tuvo un contacto y una descripción más meditada sobre el personaje es Enfield, primo de Utterson y quien lo adentra en la historia. Enfield cuenta su encuentro con Hyde como un acontecimiento  terrorífico; lo indescriptible de su aspecto físico  donde asegura, hay alguna deformidad o defecto motriz que le es difícil adivinar, lo grosero en sus actitudes y su forma de hablar, sin problema ni arrepentimiento alguno. En el caso de Mary Reilly, el conocimiento y las oportunidades de tratar con Hyde son mucho mayores, generando una capacidad de profundización sobre el personaje que no sucede en el texto escrito. Aunque ella también lo ve como un ser con actitudes sumamente maléficas y mal intencionadas éste le atrae y le comprende. Siente que frente a ella el tiene algún tipo de vulnerabilidad que la lleva a ella a sentirlo más humano y comprensible. El reflejo que ella siente en actitudes de Hyde y Jakyll de su padre, lo lleva a Mary a tener una mirada más personal e intima sobre el asunto. 
     Respecto a como se maneja el espacio físico dentro de la novela y la película, los casos son aunque desde distintas perspectivas, bastantes similares. En ambos casos los espacios están bien diferenciados; tanto en la novela como en la película, el laboratorio de Jakyll, lugar prohibido  donde acontece todo lo extraño, sobrenatural y obscuro en al historia, se muestra en ambos casos con similares características: Es un espacio apartado dentro de la casa, totalmente oscuro, con puertas disimuladas que lo aparentan como un lugar abandonado y ventanas tapeadas o cubiertas por rejas. En los dos casos, la sensación de prohibición y maleficidad queda, a través de la caracterización del espacio, totalmente lograda.
     En resumen, si bien las perspectivas son muy distintas y, Stephen Freas, transfigura ciertas características de los personajes originales y le da un enfoque a la historia más romántico que policial; en cuanto espacios y ambientización de época, la película logra en cuanto a la novela infinidad de similitudes. 



Trailer de la película Mary Reilly

Portada del libro El extraño caso de Dr.Jakyll y Mr.Hyde