En el
siguiente texto quedará expresada mi experiencia en el taller de trabajo al que he
sido enviado, en el que se habló acerca de cuáles son las ideas que nos ayudarán a pensar mejor.
El taller se dividió en varias partes y en cada una de ellas se leían y luego
se debatía acerca de los diferentes informes.
El primer texto leído fue el informe llamado “Virtud del
fracaso” de Kevin Kelly. El cofundador de la revista Wired plantea que podemos
aprender tanto de un experimento que no sale bien como de uno que sí funciona.
No hay que evitar equivocarnos sino que es una práctica que deberíamos
fomentar. Cuenta que hoy en día un fracaso está visto como un signo de
debilidad o un estigma que prohíbe segundas oportunidades cuando en realidad
fracasar es un camino más al éxito.
Terminada la lectura se formó un debate muy interesante
en el taller ya que gran parte de los integrantes plantearon que este tema
debería ser debatido a gran escala para que el hecho de una simple equivocación
no significa la denigración de nadie sino un aliento a que lo siga intentando.
“El experimento continuó” de Roger Schank plantea que hay
conceptos que han sido desdibujados por el sistema educativo. Como es el caso
de la idea de experimentación que por lo general cuando un adolescente termina
la secundaria cree que éste es un asunto plenamente de científicos. Sin embargo
la gente está experimentando constantemente ya sea cuando se es adolescente y se
experimenta con las drogas o el alcohol o mismo cuando uno es un bebé y experimenta
lo bueno y lo malo a raíz de llevarse diferentes objetos a la boca. Este psicólogo plantea como una posible
solución que las escuelas enseñen conceptos cognitivos básicos como la experimentación
en el contexto de experiencias cotidianas.
El
texto “La información no es conocimiento” de Nicholas Carr habla de la poca
capacidad de almacenamiento que tiene el cerebro humano. Esos pequeños lapsos, a las que no damos demasiada importancia, donde se va a realizar una acción y de pronto se olvidas qué era; suceden cuando nuestra carga cognitiva excede la capacidad de nuestra
memoria y nuestras habilidades intelectuales son abatidas de golpe. Para
retener una mayor cantidad de información o simplemente disfrutar mas un
momento, lo mas adecuado sería no hacer mas de una cosa a la vez y detener el
flujo informativo constante por un rato.
Dentro del taller se llegó a la conclusión de que lo mejor
sería que los adolescentes tomaran consciencia de la cantidad de información, al
mismo tiempo, que hay constantemente en la Internet, ya que si esta no se administra de una manera
positiva puede ser contraproducente para la retención de información.
Luego se prosiguió con el informe del escritor canadiense Don
Tapscott, “Diseñar la mente”. Este texto habla de que es posible diseñar nuestro
cerebro ya que este cambia según se utiliza. Por ejemplo, un estudio realizado
a taxistas londinenses mostró que, debido a su particular tarea de recordar constantemente
calles o destinos, tienen más desarrollada una parte de su cerebro que los
no-taxistas de una similar edad. Esto significa que podríamos ejercitar
nuestra mente para expandir nuestra capacidad cognitiva a voluntad. Si nos
sentimos distraídos, una buena solución para esto bien podría ser leer un
articulo entero de un diario, en ves de solamente los titulares.
Luego en el taller se llegó a la idea de que para crear de estos ejercicios un hábito, lo mejor sería que se
comenzara a practicar desde épocas escolares, explicando en qué consiste el
diseño de nuestra mente y dándole las herramientas necesarias para formar estos
hábitos.
Creo que haber asistido a este taller fue una gran
experiencia ya que después de esta, incorpore varios conocimientos para ser una
persona y un empleado mas eficaz. Si bien creo que falta un gran avance en la practica con respecto a estas ideas ya que estos son simplemente informes, creo que sería de gran ayuda a
la sociedad que estos ideas de debatieran masivamente en escuelas o centros de
estudio.